Guillén Peraza quedó en La Palma la flor marchita de la su cara.
No eres palma, eres retama,
eres ciprés de triste rama,
eres desdicha, desdicha mala.
Tus campos rompan tristes volcanes,
no vean placeres sino pesares,
cubran tus flores los arenales.
Guillén Peraza, Guillén Peraza,
¿dó está tu escudo, dó está tu lanza?
Todo lo acaba la mala andanza.
Anónimo del siglo XV
FUENTE: Grandes Poémas Canarios de todas las épocas
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